Guasón 2, ¿una genialidad?
Los fans del cine de súper-héroes podrán aducir que Marvel-Disney ha impuesto récords de taquilla aquí y allá. Sin embargo, DC-Warner ha logrado innovar en este sub-género desde la lejana década de los setenta cuando Superman se tornó en el primer blockbuster en materia de paladines. Luego, a finales de los ochenta y principios de los noventa, este combo cinematográfico prácticamente dio el banderazo de salida a las franquicias superheroicas, iniciando con Batman y Batman regresa de Tim Burton, que además exhibieron la forma de crear productos de culto.
Años después, el mismo Caballero de la Noche de la mano de Christopher Nolan consagró el sub-genero con la trilogía del encapotado, logrando el clímax fílmico para esta industria merced al realismo con que presentó a Batman y la siempre corrupta Ciudad Gótica. Con Wonder Woman, DC-Warner demostró que una súper-heroína podía ser taquillera, además, bajo la dirección de una mujer (Patty Jenkins) y un crew formado principalmente por mujeres. Por su parte, Escuadrón Suicida se atrevió a dar rienda suelta a la participación de un grupo de villanos como protagonistas (idea que calcará en 2025 Marvel con Thunderbolts).
La cereza del pastel de estos progresos narrativos fue Guasón (2019) que convirtió a un anarquista en un auténtico ídolo popular, lo que redituó en afortunadas críticas y loas para Joaquin Phoenix dando vida al Joker y al director, Todd Phillips. Así, y péseles a los amigos marvelitas, DC-Warner es quien ha impuesto la originalidad en las producciones con taquillas nada despreciables, a pesar incluso de sus últimas entregas, en especial las de 2023, Flash, Shazam 2, Blue Beetle y Aquaman 2 que pasaron sin pena ni gloria.
Pero hoy llega a salas lo más reciente de esta compañía, Guasón 2, una cinta que ni Phoenix ni Phillips deseaban realizar, sin embargo, el peso de los más de mil millones de dólares recaudados por la primera entrega establecieron una secuela que tardó un lustro en llegar a la pantalla grande. Profundizando en la película, pareciera que no trata de nada y que es una mera extensión de la original, sin embargo, encierra una lógica propia que se atreve a romper las reglas que ya había establecido para ahora redimir a Arthur Fleck (Phoenix) dándole la oportunidad de salvarse a través del amor romántico, encarnado por Lee Quinzel (Lady Gaga), quien en los cómics es la eterna novia del malvado arlequín, pero en esta ocasión, y a diferencia de la versión de Margot Robbie, se torna en un arma de dos filos para el protagonista, en gran medida a que ella tiene menos escrúpulos que el mismísimo Guasón.
Mediante un buen número de escenas musicales en los que Gaga demuestra su capacidad interpretativa, la película disminuye el ímpetu del príncipe payaso para tal vez devolverlo a su origen, el de un individuo oscuro y melancólico, que nunca quiso tornarse en el émulo de la maldad. Igualmente, la capacidad actoral de Phoenix consigue dar este giro a un Joker que amenazaba con tornarse en un ente anárquico, algo con lo que la sociedad norteamericana no suele comulgar.