Salud

Que el peso no te gane y tampoco te comas las emociones

 

La obesidad es una enfermedad inflamatoria crónica multifactorial, que detona múltiples patologías, que afecta la salud física. Si bien es un problema derivado de factores genéticos, fisiológicos y sociales, también puede ser causado por temas de conducta alimentaria, emocionales y psicológicos, es decir, pacientes que sufren obesidad debido a su “hambre emocional”, y que de manera constante se comen sus emociones, opina Nallely de la O, psicóloga del Hospital D’María.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, entre 30% y 60% por ciento de las personas con obesidad presentan alguna condición de salud mental como depresión, ansiedad, baja autoestima, personalidad antisocial o alteraciones de la conducta alimentaria.

La especialista explica que emociones como tristeza, soledad, enojo, miedo, angustia, ansiedad y depresión influyen en la manera de comer de las personas, lo que se conoce como “Alimentación Emocional”, es decir comen de acuerdo con su estado de ánimo o en respuesta a situaciones negativas. Su “hambre” es emocional, comen por comer, por “antojo” por cualquier motivo, positivo o negativo, lo que buscan es llenar un vacío. Utilizan la comida como una droga que les ayuda a sobrellevar o enfrentar ciertas situaciones. “A nivel emocional algo no está bien”.

Identificar esos vacíos emocionales, es decir, la raíz de por qué come de manera excesiva es el objetivo del acompañamiento psicológico en pacientes que se someten a algún tratamiento para bajar de peso y recuperar la salud física y mental. Se trata de ayudarlos a cambiar situaciones personales o sociales específicas, modificar su percepción corporal negativa, todo aquello que los obliga a comer. Conocer y reconocer que existe una deficiencia emocional.

“El proceso es abordar al paciente con un tratamiento cognitivo-conductual o a través de la Psicología Alimentaria para ayudarlo a entender su relación, pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos hacia la comida y de esta manera desarrollar herramientas para hábitos saludables y la gestión de emociones, que en estos casos no saben reconocerlas”.

La especialista del Hospital D’María, explica que el primer paso es que el paciente tome conciencia o reconozca que tiene un problema y que desea trabajar en ello. En promedio un 40% de los pacientes abandonan el tratamiento, porque no tienen el compromiso o desean ver resultados de inmediato, cuando en promedio se debe invertir al menos seis meses de terapia para lograr sanar la manera en que comen.

LA OBESIDAD, UNA ENFERMEDAD COMPLEJA QUE CRECE

La obesidad es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia mundial, que crece año con año a pesar de los esfuerzos de instituciones privadas y de gobierno y que además representa un alto gasto para las naciones.

En México 50 millones de personas presentan sobrepeso u obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) la cifra más alta de los países de América Latina, de acuerdo con la OMS. Mientras en el mundo, el número asciende a 800 millones de personas con obesidad y de no tomarse medidas preventivas, se estima que en 2035 más de la mitad del planeta será obesa.

Otro de los graves problemas del aumento del número de personas con obesidad es que está estrangulando los presupuestos de salud, debido al alto coste de las enfermedades crónicas asociadas al sobrepeso, tales como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, según un estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que también estima que la obesidad y las enfermedades relacionadas reducirán (del presente a 2050) la esperanza de vida en torno a unos tres años.

En opinión del médico bariatra, Alexis Gonzáles Ojeda, una de las principales causas del crecimiento de este problema de salud es que la población en general no reconoce que es una enfermedad y por tanto no se atiende como tal. Considera que otras causas son el fácil acceso a los alimentos chatarra y procesados, el sedentarismo y la falta de una educación alimentaria, “se tiene la idea errónea de que comer sano es costoso”. Por otra parte, los centros o instituciones médicas, así como especialistas son insuficientes para atender a la población obesa.

Prueba de ello es que el estado de Veracruz se ubica en el tercer lugar nacional con este problema, de acuerdo con el reporte anual de la Secretaría de Salud.

El especialista veracruzano considera que las cifras de obesidad irán en aumento, porque de acuerdo con la UNICEF, México está entre los primeros lugares en obesidad infantil, Al menos 1 de cada 20 niños y niñas menores de 5 años padece obesidad. “La mayoría de los niños obesos de hoy serán los adultos obesos que trataremos en 10 años, de no establecer programas efectivos contra esta enfermedad. Mientras no se tenga conciencia de la enfermedad o alimentación consciente esta irá en aumento”.

¿CON EL BARIATRA O CON EL NUTRIÓLOGO, A QUIEN ACUDIR?

Cuando una persona con obesidad o sobrepeso decide someterse a un tratamiento médico, se pregunta a qué especialista acudir: nutriólogo, endocrinólogo o bariatra. De acuerdo con la Secretaría de Salud, el médico bariatra es el especialista encargado de diagnosticar y tratar la obesidad.

El médico bariatra, Alexis González Ojeda explica que la obesidad requiere un tratamiento multidisciplinario y de un manejo con múltiples especialistas. Aclara que el nutriólogo, el endocrinólogo y el bariatra, cada uno tiene un tratamiento especializado y ataca un punto específico del paciente. El bariatra valora al paciente desde el punto de vista clínico brindando un tratamiento integral; psicológico, nutricional, médico y quirúrgico, según sea el caso.

“Tratar la obesidad no significa que el paciente coma menos y se mueva más, es ayudarlo a tener un cambio de hábitos alimenticios, valorar médicamente para descartar enfermedades y a través de un tratamiento médico y psicológico para mejorar su salud a largo plazo.
El especialista, que atiende mensualmente entre 300 y 400 pacientes con obesidad en consulta privada e institucional, asegura que la tasa de éxito de las personas que acuden es del 80%.

El éxito de los pacientes en su tratamiento se logra una vez que toma conciencia de que tiene una enfermedad y que desea mejorar su salud y calidad de vida a largo plazo. Cuando se somete a un tratamiento a corto plazo porque tendrá un evento social y desea bajar de peso, sólo funcionará para ese objetivo, no atacará el problema. Si el paciente no tiene conciencia no habrá tratamiento médico o psicológico que le permita lograr la meta de bajar de peso y en consecuencia mejorar su salud.

“Un cambio en su estilo de vida (abandonar el sedentarismo y aprender a comer), tener control emocional y estabilidad psicológica, ayudan al paciente a mejorar y para lograrlo necesita un apoyo multidisciplinario, especialistas que le darán las herramientas necesarias”.

Alexis González, reitera la importancia de actuar contra esta enfermedad de la obesidad. Considera que falta mucho hacer, si bien las campañas ayudan se requieren mayores acciones. Recomienda a las personas con obesidad acercarse a centros públicos o privados para ser atendidos y tratados de manera integral.

Reitera que existe obesidad metabólicamente sana, es decir pacientes que tienen obesidad, pero no presentan ninguna alteración metabólica y sólo requieren aprender hábitos nutricionales, terapia física y psicológica. Otros pacientes además de obesidad presentan otras enfermedades como diabetes, hipertensión (las más comunes) que necesitan tratamientos específicos, medicamentos y en ocasiones hasta procesos quirúrgicos para ayudarlos a bajar y controlar el peso.

La psicóloga Nallely de la O y el médico bariatra Alexis González coinciden en que la obesidad y las enfermedades que se derivan pueden ser prevenibles, tratadas y superadas. La decisión está en cada paciente, en ser consciente de que tiene un problema y buscar la manera de enfrentarlo.

CLÍNICA DE METABOLISMO
El Hospital D’María cuenta con una Clínica de Metabolismo abierta al público en general que ofrece una atención multidisciplinaria (con médicos, psicólogos y nutriólogos) para atender a pacientes con sobrepeso y obesidad, así como enfermedades derivadas de este problema como diabetes e hipertensión, entre otras.