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Cada año, cerca de 13 mil mexicanos sufren quemaduras

 

Las heridas en México y en el mundo son un problema de salud pública que afecta directamente la calidad de vida de las personas que las padecen y sus familias.

En México, los grupos poblacionales más afectados por quemaduras son los menores y los adultos mayores. Las lesiones pediátricas por quemaduras pueden ser difíciles de tratar ya que implican angustia y dolor del infante, por lo que requieren atención médica especializada.

De acuerdo con el Dr. Conrado Polanco Ortiz, gerente de relaciones médicas de Esteripharma, mantener una herida por quemadura limpia y aséptica es lo más importante para la pronta recuperación de tejido, sin embargo, cuando hablamos de niños es siempre importante un manejo más empático, integral y humano. “El paciente pediátrico con quemaduras tiene características físicas y psicológicas diferentes, lo que los hace más susceptibles a presentar diferentes problemas”.

Aproximadamente, 60% de las quemaduras en pediatría son causadas por líquidos calientes (escaldadura). Se calcula que en México son más frecuentes las quemaduras por flama en niños (72%) secundarias a explosiones de tanques de gas, fuegos artificiales o incendios en el hogar.

Si se llega a presentar alguna quemadura, es muy importante evitar que se infecte para su pronta recuperación y que no haya complicaciones.

El Dr. Polanco Ortiz, quien es también especialista en el tratamiento de heridas, recomienda el uso de antisépticos a base de soluciones electrolizadas de superoxidación (SES) con pH neutro como auxiliar en la atención y cuidado de quemaduras para prevenir infecciones: “Debido a su amplio espectro, eliminan bacterias y hongos de manera eficaz, manteniendo la higiene de la zona afectada. Su uso prolongado es seguro ya que no se absorbe y no genera resistencia bacteriana, ideal para un tratamiento efectivo que requiere constancia, y que, en este caso, puede ser utilizado con facilidad en niños ya que no causa molestias ni ardor al momento de su aplicación. Además, favorece la regeneración tisular, creando una barrera protectora efectiva de mayor permanencia antiséptica en la quemadura”, explica.

Para evitar la reproducción y diseminación de microorganismos patógenos, es importante tener la lesión limpia y seca. En medida de lo posible, lavar con agua y jabón, además de dejarla respirar para evitar que se genere humedad. “Dependiendo del nivel de gravedad de la quemadura en cuestión, se puede atender en casa con la ayuda de un botiquín correctamente equipado, dando seguimiento manteniéndola libre de toda infección. Si se trata de algo más grave, es necesario acudir a valoración médica para evaluar la situación y determinar el mejor curso de acción que no retrase una recuperación adecuada”, puntualiza el Dr. Polanco Ortiz.

Se estima que el 90% de las quemaduras y heridas puede prevenirse. Mantengamos nuestros espacios seguros y vigilados para evitar accidentes.