Columnas

El menos malo

 

Por Oscar Celedón

Me cansé, tengo que levantar la voz para cambiar la manera en que se comportan los candidatos y seguidores en las campañas, hoy en día.

Son los mismos candidatos quienes desprestigian la política y las elecciones. No puede ser que más del 70% del tiempo en los debates los ocupen en atacar a los otros candidatos sin importar que les están preguntando. Las cortas respuestas a las preguntas son superficiales, para así, tener tiempo para entrar en el juego de denostar al contrario. Sus mentalidades son las de transmitir que el otro es tan corrupto que mejor me vota a mí, sin mostrar más virtudes que ser “el menos corrupto”. Esto se ve en todos los niveles de candidatos, desde aspirantes a presidente de México, hasta los candidatos a presidentes municipales, pasando obviamente por los candidatos a diputados, senadores y gobernadores.

Otros personajes que desprestigian la política, los vemos en los grupos de WhatsApp que organizan los seguidores más férreos de los candidatos (fanáticos) que no aceptan ningún razonamiento lógico en contra de su ídolo, abundan comentarios y criterios que realmente atentan contra la lógica, en esos grupos, más del 85% de los comentarios son denigrantes para los adversarios, ¿será que no tienen nada bueno que hablar de su candidato?

¿Qué hacen el 90% de los mexicanos, que no viven de la política? Esos mexicanos que se tienen que levantar diariamente para ir a trabajar, llevar a sus hijos al colegio, cocinar, atender algún familiar enfermo, etc., simplemente tienen que “sufrir” las campañas.

Con respecto a las propuestas de los candidatos, son en su mayoría la de crear bonos para todo, sin decir cómo financiarán esos bonos, sin explicar de dónde el estado sacará esos recursos. Argentina ya lo vivió, el 60% de la población recibía bonos, pero como país entró default 3 veces en 20 años, con una inflación galopante que no aguanta ningún análisis posible.

A los candidatos hay que “enseñarles” que para conseguir el respaldo ciudadano, lo mejor es dar respuestas a los problemas que vive la gente diariamente, a apoyar sus sueños de progreso con acciones concretas y no andar mostrando lo malo del otro candidato.

Los candidatos deben responder a las necesidades de la gente de forma directa, no de sumar bonos tras bonos, que no es otra cosa que tratar de comprar el voto en forma sutil.

¿Merecemos los mexicanos tener que elegir al menos malo?

Personalmente  creo que no, pero se me viene a la mente el famoso dicho “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, así que al 90% de los mexicanos, les digo, levántense y vayan a votar por el mejor candidato(a) y no por el menos malo(a).

 

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