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49% de las universidades en México no cuentan con protocolos en contra de la violencia

 

México tiene un rezago en la creación de protocolos de atención a la violencia sexual, acoso y hostigamiento en las Universidades. A diferencia de otros países como Estados Unidos, en México no existe una legislación que obligue a las universidades a reportar los casos que han ocurrido en sus centros educativos.

Los protocolos existentes son una respuesta reactiva a los casos mediáticos de violencia sexual en las instituciones. Hace falta el diseño de estrategias integrales que prevean diagnósticos cuantitativos y cualitativos; y evaluaciones periódicas de los protocolos.

Unión Mujer resalta que 6 de cada 10 víctimas de acoso, hostigamiento y violencia sexual no denuncian porque creen que es algo sin importancia o normal.

Paulina Amozurrutia, Coordinadora Nacional de Unión Mujer, lamentó que las Universidades en México no cuentan con protocolos de prevención y atención al acoso y hostigamiento sexual, la inmensa mayoría sólo reaccionan ante las denuncias de las alumnas afectadas, que publican acusaciones en redes sociales contra sus agresores porque no encuentran el apoyo y el respaldo de la universidad, por lo que el problema escala mediáticamente haciéndose viral y de dominio público.

La investigación “Anatomía de los protocolos de atención al acoso sexual en universidades: Un camino para espacios educativos libres de violencia sexual», realizado por Unión Mujer, revela que las universidades en México se encuentran en una gran desventaja con el resto del mundo que ya implementan protocolos de prevención, estrategias de investigación e indicadores de evaluación.

De acuerdo con un análisis de 4 casos internacionales, que compara los protocolos ante vivencias de acoso y violencia sexual en las Universidades: Osaka, Japón; Complutense de Madrid, España; Yale, EU; y School of Economics de Londres, Reino Unido; se revela que hay dos tendencias principales que siguen las universidades estudiadas: La primera, es que las instituciones se enfocan a ver la violencia como un problema de hombres hacia mujeres principalmente; y la segunda, que algunas universidades le dan prioridad a la prevención, apostando a fortalecer el sentido de comunidad y responsabilidad entre todos.

En este contexto, Paulina Amozurrutia afirmó que es de vital importancia erradicar por completo la violencia de cualquier tipo hacia la mujer, principalmente la violencia y acoso sexual dentro de las universidades, donde se supone deberían de ser espacios seguros. “Es una problemática que se debe de abordar, desde la investigación científica, propositiva e integral; entendiendo las diferentes aristas, contextos, enfoques y herramientas a nuestro alcance, para lograr una verdadera cultura de prevención en el entorno educativo”, aseveró.

Agregó que los protocolos más efectivos suelen ser aquellos que tienen un enfoque biopsicosocial sistémico a partir del cual se identifican factores de riesgo de la violencia considerando historias personales, características psicológicas, factores comunitarios y factores integrales.

Son pocos los protocolos que buscan intervenciones más allá de la sanción, existen experiencias nacionales e internacionales que integran visiones de justicia restaurativa, mediación y reparación del daño. Son muchos menos los que se enfocan en la prevención. Sin un enfoque integral de prevención los casos seguirán ocurriendo. Las universidades no pueden enfocarse solo en apagar las crisis que ya tienen enfrente.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), que realiza el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), sólo el 7.8 por ciento de las mujeres encuestadas y que experimentaron violencia física y/o sexual, presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad, con o sin solicitud de apoyo. Por lo que es necesario el trabajo en conjunto entre universidades, autoridades y organizaciones de la sociedad civil para diseñar verdaderas intervenciones integrales.

Es importante señalar que la misma Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI, señala que casi cuatro de cada diez mujeres que han vivido violencia en la escuela contaron por primera vez sus experiencias durante el proceso de levantamiento de la ENDIREH; lo que habla de una falta estrategias y políticas que permita a las mujeres hablar y denunciar lo que sufren en las escuelas.

Finalmente, Unión Mujer es un movimiento de feminismo propositivo que busca mejorar la calidad de vida de las mujeres, comprometido con la eliminación de toda forma de violencia que menoscabe la dignidad de las personas en cualquier contexto.