Cultura

«Un bailarín en la batalla», de Hélia Correia

Fondo de Cultura Económica

Con una escritura alegórica, marcadamente simbólica, la novela presenta una reflexión sobre el mito de la tierra prometida. Un grupo de migrantes huye de la guerra y de las atrocidades. Ham-brientos, desolados, deshumanizados, pero aún conservando vestigios reconocibles de su civilización (modos de vestir, códigos de honor, la división entre hombres y mujeres, estas últimas revelando un estado de sumisión e inferioridad frente a aquellos), se desplazan a través de un desierto (literal, pero también con una fuerte carga metafórica) hacia un mar que los lleve a Europa. Un anciano ciego, un hombre sin un brazo despreciado por el grupo por ser un traidor-, un niño visionario y una mujer-fiera son algunos de los personajes simbólicos de este pueblo («¿Tenían patria? Al menos, tenían un pueblo», se puede leer en determinado momento) rodeado, asediado, que se reinventa en medio de los escombros.
Un bailarín en la batalla cuestiona profundamente las heridas abiertas que el sueño de emigrar a Europa deja en los habitantes de sus periferias más pobres y azotadas por la violencia, tras un recorrido a pie que, a fin de cuentas, constituye en sí un nuevo comienzo.

Hélia Correia (Lisboa, 1949), licenciada en filología románica por la Universidad de Lisboa. Es reconocida como una de las revelaciones de la generación de novelistas portugueses de la década de 1980. Autora de una original obra que revela la subversión de las fronteras entre géneros y temas, sus relatos están siempre impregnados de un discurso poético.
Entre los más importantes reconocimientos recibidos a lo largo de su vida se destacan los premios Máxima de Literatura (1991, por A Casa Eterna, y 2006, por Bastardia), D. Dinis (2001) y PEN Clube Português de Novelística (2002) por Lillias Fraser, su obra más conocida, así como los prestigiosos premios Vergílio Ferreira (2013) y Camões (2015), por el conjunto de su obra. Publicado en el 2018, Un bailarín en la batalla recibió ese mismo año el Grande Prémio de Romance e Novela de la Asociación Portuguesa de Escritores (APE/DGLAB).

Por Patricia Correa